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Campos de Tulipanes: cultivar la belleza al pie de la montaña

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Por: Ing. Agr. Daniel E. López, Coordinador Región Patagonia de Casafe

¿Cómo embellecer más este mundo? La respuesta a esta pregunta la encontré en un rincón mágico de la provincia de Chubut, en Trevelin, un pintoresco pueblo de molinos. En este lugar, se esconde un campo de producción de tulipanes, un cultivo que se originó en los Países Bajos. Estas tierras fueron inicialmente adquiridas para la producción de trigo durante un auge harinero. Sin embargo, este campo ha experimentado una transformación asombrosa a lo largo de más de treinta años y se convirtió en el epicentro de la producción de bulbos de tulipanes más importantes en Argentina.

Tan delicado como una flor…

El ciclo de este milagro floral comienza en abril, con una meticulosa preparación del suelo para garantizar el desarrollo adecuado de los bulbos. En mayo, llega el momento de la plantación, donde los bulbos son dispuestos a 15 centímetros de profundidad en una red tubular. Este método permite que, al recolectarlos, salgan todos juntos, en lugar de uno por uno, como se hacía inicialmente. La densidad de plantación alcanza el asombroso número de un millón de bulbos por hectárea. Cada año, los bulbos crecen en tamaño, lo que significa que se requieren al menos cinco años para obtener un bulbo de tamaño comercial si se parte de una planta nacida de semilla.

Durante los meses de junio, julio y agosto, los bulbos permanecen en un estado de dormición invernal. En septiembre, comienza la brotación, y en octubre se despliega una hermosa floración, que pinta los surcos de la plantación con una paleta de colores que incluye amarillos, rojos, rosas, naranjas, blancos, púrpuras, violetas y negros. Uno de los datos curiosos es que el tulipán más caro de la historia, el «Semper Augustus,» fue vendido en Ámsterdam en el siglo XVII por el precio de una de las mejores casas de la ciudad. Este tulipán era jaspeado en blanco y rojo.

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Decilo con un tulipán

Cada color de tulipán tiene su propio significado en el lenguaje de las flores: los rojos son símbolo de amor, los rosas representan buenos deseos, los blancos son señales de respeto y pureza, los púrpuras anuncian nuevos comienzos, y los amarillos traen deseos de felicidad.

Entre las numerosas variedades de tulipanes, destacan los tulipanes Darwin, altos y de flores grandes, que florecen tardíamente en la primavera. Según los expertos, si tuviera que elegir un solo tulipán, debería ser uno de esta variedad. También existen los tulipanes enanos, que son silvestres o descendientes de plantas silvestres, y miden menos de 10 centímetros de altura, ideales para decorar los bordes de jardines.

De aromas y comidas

Los tulipanes no solo son hermosos, sino que también pueden ser aromáticos. Algunas variedades desprenden fragancias que evocan el eucalipto, el pasto fresco, la miel, la madera y hasta cítricos. Y aquí está la sorpresa: además de su belleza y aroma, algunos tulipanes son comestibles. Durante la Segunda Guerra Mundial, el pan de bulbos de tulipán era popular entre aquellos que no podían permitirse el lujo del trigo.

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El mes de la belleza

En octubre, el mes de plena floración, el campo de tulipanes se abre al agroturismo, con visitas al cultivo, vuelos en avionetas o globos aerostáticos, una lluvia de pétalos y un desfile de bandas en medio de la plantación. Es un momento en el que la naturaleza se convierte en un espectáculo que toca el espíritu humano.

En noviembre, llega el momento de cortar las flores para permitir el crecimiento de los bulbos, que serán cosechados en enero y almacenados en cámaras hasta el próximo ciclo de plantación en mayo.

El poeta americano Waldo Emerson dijo: «La naturaleza siempre usa los colores del espíritu». Los tulipanes son un recordatorio de esta profunda conexión entre la naturaleza y el espíritu humano. En un mundo a menudo convulso, cultivar la belleza y apreciar la simplicidad de una flor puede ser el camino hacia la paz interior y la armonía con la naturaleza. Este puede ser un momento perfecto para conectarnos con nuestro espíritu a través de la maravilla de los campos de tulipanes.

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