
Argentina ocupa el 3° puesto en el ranking mundial de producción de miel, con cerca de 2,5 millones de colmenas activas en el país, principalmente concentradas en Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba. Cada colmena produce en promedio 30 kg de miel al año, abasteciendo no solo al mercado local sino también a países como EE.UU., Alemania y Japón, los principales compradores de este oro dulce argentino.
La fuerza detrás de un emprendimiento familiar
En este escenario de excelencia apícola, Miel Kinturray, un emprendimiento familiar de Mar del Plata se destacó al ganar dos veces seguidas el concurso “Experiencias del Sabor” en Caminos y Sabores 2023 y 2024. Su fundadora, María de los Ángeles Gallo, nos comparte la inspiradora historia detrás de esta miel que logró conquistar muchos paladares.

“Kinturray nació en 2012 como un proyecto familiar, aunque nuestras raíces apícolas se remontan al 2001, cuando comenzamos con apenas cinco colmenas. Maximiliano, el otro fundador, trabajó para muchos apicultores de la ciudad, lo que le dio experiencia en el manejo de colmenas. Esto, sumado a una fuerte caía en el precio de la miel a granel, fue que empujó a iniciar el proyecto de sacar una marca y comenzar a fraccionar nuestra miel. Queríamos acercarlo al consumidor con una identidad propia”, explica María de los Ángeles Gallo, fundadora del emprendimiento.
El significado de Kinturray
El nombre del emprendimiento tiene una conexión profunda con la naturaleza. “Kinturray es un vocablo aborigen que significa ‘la que busca hallar el néctar y la esencia de la flor’. Representa nuestra filosofía de amor y respeto por las abejas y su increíble labor para la biodiversidad”, comenta Ángeles.

“Nuestras abejas polinizan cardos, tréboles, alfalfas y flores silvestres, lo que da lugar a una miel de color ámbar claro y gusto suave, ideal para infusiones y desayunos. El manejo que realizamos en nuestras colmenas está basado en el respeto por las abejas, por el gran trabajo que ellas realizan polinizando flores que luego se convertirán en frutos. Sin ellas, alrededor del 80% de los alimentos dejarían de existir, es por eso que más allá de la producción de miel que obtengamos la energía que nos mueve es la gratitud y el respeto y creemos que eso se nota”.
El emprendimiento apícola es un trabajo que involucra a toda la familia. “Maximiliano, mis hijos y yo formamos un equipo. Aunque el día a día es demandante, siempre encontramos la manera de combinar el trabajo con la familia.”, comparte Ángeles, con orgullo por la unión familiar.

Innovación y sabores únicos
Entre los productos más populares, se destaca la miel cremosa, obtenida mediante un cuidadoso batido una vez que la miel se cristaliza. Además, los clientes adoran sus combinaciones con cacao e higos negros. Estas propuestas originales, junto con su calidad inigualable, llevaron a Kinturray a ganar dos años consecutivos en Caminos y Sabores como mejor miel.


Aunque todavía no han exportado, el objetivo de Kinturray es llevar su miel fraccionada al mercado internacional, con denominación de origen argentina. “Queremos que nuestra miel sea reconocida por su calidad y autenticidad, porque eso es lo que merece”, asegura María.
El futuro del oro dulce en nuestras vidas
Kinturray es una muestra de cómo el campo, con su riqueza y diversidad, transforma vidas y conecta a las personas con la naturaleza. Este emprendimiento familiar marplatense no solo endulza los paladares con cada frasco, sino que también celebra el papel esencial de las abejas en los ecosistemas y nos recuerda la importancia de valorar todo lo que la tierra nos brinda.
