
Cuando pensamos en algodón, la primera imagen que aparece suele ser una prenda de vestir: una remera liviana, un jean o una camisa fresca. Sin embargo, este cultivo noble y versátil está mucho más presente en nuestra vida diaria de lo que imaginamos. Desde la salud hasta el hogar, el algodón acompaña silenciosamente nuestras rutinas y nos recuerda que el campo está más cerca de lo que creemos.


Vestirnos con algodón
La industria textil es, sin dudas, la cara más visible. Mucha de la ropa que usamos está confeccionada con fibras de algodón: remeras, pantalones, camisas, ropa interior, medias, vestidos y hasta el clásico jean. Su suavidad, frescura y capacidad de transpirar lo convierten en el tejido indispensable en cualquier guardarropa e ideal para altas temperaturas. Tan es así que el algodón se usa en los filtros de los aires acondicionados.

Higiene y cuidado personal
Discos desmaquillantes, hisopos toallitas, pañales, y productos de higiene femenina contienen algodón entre sus componentes principales. Un material natural y seguro que acompaña nuestras rutinas diarias sin que siempre reparemos en ello.

Cuidar la salud
En el botiquín también está presente. El algodón medicinal se utiliza en gasas, vendas, apósitos y un montón de productos más. Su capacidad de absorción y suavidad lo vuelven indispensable para cuidar heridas, proteger la piel y asistir en tratamientos médicos.

En la mesa, los sillones, en todo
Las fibras de algodón también se convierten en toallas, sábanas, manteles, servilletas y cortinas. Incluso algunos filtros de café y papeles especiales se fabrican con fibras de este cultivo. Y aunque no lo veamos directamente, el aceite de semilla de algodón se utiliza en la industria alimentaria para la elaboración de snacks, galletitas y mayonesas.
En la industria
El algodón no solo viste y cuida: también se emplea en la fabricación de hilos para costura, lonas, velas de barco, tapizados, cuerdas, guantes de trabajo y hasta billetes, que en muchos países llevan una mezcla de fibras de algodón y lino para lograr mayor resistencia.

El algodón es mucho más que una fibra: es un puente entre el campo y nuestra vida diaria. Está en lo que vestimos, en lo que cuidamos y en lo que comemos. Por eso, cuando escuches hablar del algodón, pensá en todo lo que hace posible este cultivo que, desde la tierra, se multiplica en miles de formas para estar presente en tu día a día.