En el mes de junio se celebra el Día de la Biotecnología recordando la fecha en que nació la industria biotecnológica. Pero ¿sabés de qué se trata esta disciplina? Está presente en nuestra vida cotidiana en muchos lados: en el supermercado, en la verdulería, en la farmacia, en el tanque de nafta de tu auto, entre otros lugares.
La biotecnología es el empleo de organismos vivos para la obtención de un bien o servicio útil para el hombre. No es nueva, en realidad tiene miles de años. La biotecnología llamada “tradicional” se utiliza hace muchísimo tiempo y se basa en el uso de microbios para fabricar, por ejemplo, vino, cerveza, queso, pan y yogurt. Es decir, cuando la masa del pan leva, ¡ahí hay biotecnología!; cuando la uva fermenta en la producción de vino, ¡ahí también tenés biotecnología!
Actualmente, cuando hablamos de biotecnología, el término es más amplio e incluye también a la “biotecnología moderna”, aquella que utiliza técnicas de ingeniería genética, que permiten sumar características de una especie en otra, para ser más eficientes, y mejorar la calidad y especificidad en la producción de medicamentos como la insulina, enzimas que se usan en la industria alimenticia (ej. en los panificados), textil (ej. en la fabricación de jeans para darles una textura blanda y aspecto desgastado) y en los productos para el lavado de la ropa. ¡Si, hay biotecnología en el jabón en polvo! También se utiliza biotecnología moderna para mejorar los cultivos y que tengamos cada vez más y mejores alimentos.
La biotecnología moderna surge en la década de los 70, y utiliza técnicas, llamadas en su conjunto «ingeniería genética», para modificar y transferir genes de un organismo a otro. Los organismos resultantes de la inserción de genes de otra especie se llaman organismos genéticamente modificados, organismos transgénicos o recombinantes. De esta manera, es posible producir proteínas de interés, como enzimas, fármacos, vacunas y otras moléculas, de manera segura y más eficiente, en organismos recombinantes.
Un ejemplo que mejoró notablemente la salud de las personas es la aplicación de la biotecnología moderna en la producción de insulina humana. Hoy, la insulina se produce en bacterias recombinantes y reemplazó a la insulina de cerdo utilizada originalmente, mejorando así el tratamiento de la diabetes, haciéndolo más seguro. La gran mayoría de las enzimas que se utilizan hoy en la producción de alimentos se obtienen de organismos genéticamente modificados. Un ejemplo es la quimosina bovina producida en bacterias o en cártamo transgénico y utilizada para hacer quesos.
Con ingeniería genética también se mejoran los cultivos. Los cultivos transgénicos son aquellos a los que se le ha agregado uno o unos pocos genes por técnicas de ingeniería genética. El objetivo es incorporar nuevas características o modificar algunas preexistentes y así obtener beneficios como resistir a una plaga o tolerar condiciones climáticas adversas como la sequía o las heladas, mejorar la calidad nutricional de un cultivo, producir más proteínas o vitaminas o mejorar la composición de aceites. En nuestra mesa y en nuestra vida cotidiana hay, hace más de 25 años, infinidad de productos derivados de los cultivos transgénicos que se siembran a gran escala en Argentina: la soja, el maíz y el algodón. En tus sábanas hay algodón, el choclo de la playa es maíz, en el biodiesel hay soja.
¡Piedra libre a la biotecnología en el campo y en nuestro día a día! ¡Feliz día de la biotecnología!